¿Qué
son las organizaciones que aprenden?
Una
organización que aprende (learning organization) es aquella cuyos miembros
continuamente adquieren nuevo conocimiento, lo comparten y lo utilizan para adaptarse
a un ambiente constantemente cambiante. Se dice que aprende por el hecho de que
los profesionistas que trabajan en ellas hacen un trabajo en conjunto, como una
comunidad en la que trabajan por iguales y aprenden unos de otros para lograr
que las prácticas educativas sean eficaces.
¿De
qué manera logra una institución educativa transformarse a este modelo? ¿Cómo
se constituyen?
Como expone
Nancy Dixon (1994), las organizaciones que aprenden "hacen un uso
intencional de los procesos de aprendizaje a nivel individual, grupal y del
sistema para transformar la organización en modos que satisfacen
progresivamente a todos los concernidos". En ella se subrayan cuatro
aspectos centrales: el carácter intencional (y no sólo natural), cómo debe
suceder a todos los niveles organizativos, la autotransformación de la
organización y su incidencia en todos los implicados (internos y externos).
En
definitiva, el centro educativo que aprende debe ser consciente del contexto en
el que está enclavado, qué misión tiene como institución social y como
organización y a qué intereses sirve directa o indirectamente. Pero, sobre
todo, debe entender que si no existen preguntas, es difícil que se busquen
respuestas. Avanzar en la línea de organizaciones que aprenden exige de cambios
internos y externos, coherentes con cambios culturales. Son estos cambios los
que nos planteamos, y lo hacemos desde una perspectiva direccional: ¿qué
orientación han de tener?, ¿cuál ha de ser el resultado y los procesos
deseados?, ¿cómo potenciarlos?, etc.
En la
búsqueda de respuestas, se establecen relaciones, se generan compromisos, se
modifican situaciones, etc. que proporcionan una identidad a los centros
educativos en función de la forma cómo actúan. Podemos decir que están inmersos
en una determinada cultura, pero que también crean una cultura propia,
conformada por las normas, las creencias, los valores y los mitos que defienden
y que utilizan para regular el comportamiento de sus miembros. El proceso se
expresa y contribuye a conformar una manera especial de entender el currículo,
las relaciones personales, la organización del espacio, las estructuras de
poder, etc. En el fondo, se trata de cambiar el punto de mira. Si
tradicionalmente la atención se ha puesto en la enseñanza (importancia del
profesor, del método, calidad de la enseñanza, etc.), ahora se trata de
enfatizar más en el aprendizaje.
¿Por
qué y para qué se forman las organizaciones que aprenden?
En estos
tiempos de reestructuración y reconversión del sistema escolar heredado de la
modernidad, los centros educativos se ven obligados a aprender a responder a
las demandas de un entorno incierto, turbulento, inestable, sin esperar ni
confiar en reformas estructurales. De este modo, se pretende favorecer, en
lugar de estrategias burocráticas, verticales o racionales del cambio, la
emergencia de dinámicas autónomas de cambio, que puedan devolver el
protagonismo a los agentes y, por ello mismo, pudieran tener un mayor grado de
permanencia. En estas coordenadas se inscribe -y puede ser productivo- el
modelo de las organizaciones que aprenden (learning organization, en la
terminología originaria).
¿Qué
papel juegan los docentes y estudiantes dentro de las organizaciones que
aprenden?
El
aprendizaje de la organización, como conjunto, se inscribe entre un doble
nivel:
(a) Los
profesores como aprendices: procesos que emplean los individuos para aprender
en la organización. La coordinación y transferencia de los aprendizajes
individuales capitaliza el potencial de la organización.
(b) El
aprendizaje en grupos y equipos: Cada miembro del grupo se especializa en una
función que pasa al grupo y, en ese sentido, la capacidad total del grupo se
distribuye entre los miembros. Las relaciones contextuales en que trabajan los
miembros, cooperando en torno a proyectos comunes en comunidades profesionales,
son igualmente muy relevantes.
Este
desplazamiento nos lleva a considerar desde otra perspectiva al estudiante, al
papel del profesor y a plantearnos el papel de la institución educativa en la
generación de los aprendizajes deseados. Supone revisar la responsabilidad
institucional en el establecimiento de rutinas y en la pérdida de su misión
principal, a la vez que auditar sus mecanismos de funcionamiento.
¿Qué
principios debe tener una organización para poder aprender?
La necesidad
de aprender es argumentada por Santos (2000: 52-59) a partir de seis principios
que enumeramos brevemente:
—
Racionalidad. Si nos proponemos metas, es lógico que verifiquemos su nivel de
realización; por otra parte, resulta imprescindible el estar al día en el
desarrollo de los conocimientos científicos, pedagógicos, organizativos u otros
que afecten a la institución y a sus profesionales.
—
Responsabilidad. La actividad escolar es una actividad comprometida con las
personas y la sociedad, lo que exige tener en cuenta las repercusiones que se
derivan de un proceder, de un enfoque o de un modo de relación.
—
Profesionalidad. Asumiendo que se puede aprender de muchas maneras, una de las
más eficaces se relaciona con el aprendizaje que se vincula a una reflexión
rigurosa, compartida y constante sobre la práctica profesional.
—
Perfectibilidad. Todo es perfeccionable; sin embargo, parece importante primar
los procesos que impliquen participación y aprendizaje compartido.
—
Ejemplaridad. La apertura a la crítica es una de las maneras que más se
relacionan con la apertura mental y la humildad a que conduce el aprendizaje.
—
Felicidad. Una práctica abierta a la discusión, el diálogo, el trabajo
colectivo, etc. permite recuperar en el profesorado la ilusión por la
enseñanza-aprendizaje.
¿Qué
procesos se identifican en una
organización que aprende?
Los cinco
grandes procesos que identifica Garvin (1993, cit. por Bolívar, 1999: 129) en
las organizaciones que aprenden son:
1.
Resolución sistemática de problemas, relacionada con el diagnóstico de
problemas y la capacidad para resolverlos mediante técnicas adecuadas y la
existencia de un modo de pensar y actuar.
2.
Experimentación con nuevos enfoques.
3. Aprender
de su experiencia pasada.
4. Aprender
de otros.
5.
Transferir conocimiento a toda la organización y a todos sus miembros.
¿Cuál es
el trabajo de la gestión en estas instituciones?
La
relevancia y de lo que está encargada la gestión es de la condición de saber
reconstruir educativamente la idea y el modelo (por ejemplo, como
"comunidad profesional de aprendizaje"), tomando -por tanto- las
debidas preocupaciones para que pueda contribuir a potenciar el desarrollo
organizativo de los centros.
La gestión busca escuelas eficaces, generar nuevas
competencias, la reestructuración y la mejora de las instituciones. La gestión
debe remover la capacidad de aprendizaje proactivo de los centros escolares
como organizaciones. Este es el atractivo de las organizaciones que aprenden,
en un contexto postmoderno donde se desconfía de las estructuras y reglas
burocráticas de la modernidad, para situar -en su lugar- los procesos y
relaciones que posibiliten auto-organizarse.